¿Que cada uno crea lo que quiera?

Recuerdo que un compañero me decía: «Que cada uno crea lo que quiera. Si te sientes bien siendo cristiano, ¿Por qué no?, pero a mí eso no me va ».

A primera vista esta forma de pensar parece tolerante, pero pensándolo bien no tiene pies ni cabeza.

Es cierto, cada uno es libre y nadie puede decidir por otro. Pero para escoger bien no es necesario «navegar» por las diferentes corrientes de pensamiento y hacerse su propia opinión, pues ésta no dejará de ser una opinión más. Lo que uno debe preguntarse es si Dios mismo se reveló al hombre. La Biblia afirma que sí.

Por lo tanto, para tomar buenas decisiones en la vida, es necesario leer la Biblia, principalmente los evangelios. Éstos no nos hablan de una filosofía o de un conjunto de reglas morales, sino de una persona llamada Jesús. Por la fe y por su palabra aprendemos a conocerle, no como un personaje del pasado, ni siquiera como un modelo a imitar, sino como nuestro Salvador y Señor. Si bien es cierto que no todos los creyentes tienen su encuentro con Dios de la misma manera, todos reconocen haber ido a él por medio de Jesucristo.

“La gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer” (Juan 1:17-18)

Habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo. Hebreos 1:1-2

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14:6