¿Lo que es realmente vivir?

No hace mucho tiempo estaba conversando con un grupo de amigos durante un almuerzo y la discusión estaba centrada sobre la pregunta, "¿Lo que es realmente vivir?” Interesante fue ver que las respuestas no eran tan fáciles de encontrar, y cuando creíamos haber encontrado respuestas, las reacciones eran muy diversas.

Uno de los presentes sugirió que vivir es disfrutar de “las buenas cosas en la vida". Otro comento, "divertirse y evitar el trabajo excesivo tanto cuanto nos sea posible". En continuidad, la discusión tomo un nuevo rumbo, mas serio, cuando las personas admitieron que, mientras las cosas materiales y las actividades agradables, pueden ayudar a gozar la vida, el "realmente vivir" debe involucrar cosas intangibles que no pueden entrar en una caja ni pueden aparecer en un calendario.

Hace muchos siglos, Jesús estaba hablando con sus discípulos sobre el real vivir, y declaro "... yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia... “(Juan 10:10). Pero, ¿lo que significa este tener vida "llena" o "abundante"?

Vivir de verdad significa un propósito. Un elemento importante para el éxito de cualquier empresa es la declaración de su misión - la expresión de su propósito, su razón para la existencia. Como individuos, nosotros necesitamos también una "declaración de misión". Nosotros necesitamos tener una comprensión del porque nosotros existimos. Sin un sentido o propósito, nosotros podemos comprometernos fácilmente en proyectos vacíos, actividades que parecen atractivas pero finalmente no tienen ningún resultado positivo o duradero. En 2 Timoteo 3:10, el apóstol Pablo escribió, "Tú, en cambio, has seguido paso a paso mis enseñanzas, mi manera de vivir, mi propósito, mi fe, mi paciencia, mi amor, mi constancia”. El tenia una idea clara de donde iba y como llegar a su destino.

Vivir realmente significa trabajo. El trabajo no es un “mal necesario”, es una de las formas en que nosotros podemos utilizar nuestros conocimientos personales, experiencia y habilidades innatas para nuestra satisfacción personal y para el beneficio de otros. Contrariamente a lo que algunas personas creen, vida llena no significa decir ‘no’ al trabajo. El trabajo es una manifestación de quien nosotros somos y de lo que nosotros fuimos capacitados para hacer. "El que es negligente en su trabajo confraterniza con el que es destructivo" (Proverbios 18:9).

Vivir realmente significa amar. Vivimos en un mundo narcisista en que nosotros siempre nos preguntamos, “¿lo que hay para mí en esto?” Sin embargo, una de las más profundas emociones es el amor, que requiere transformar nuestro enfoque interior para el exterior. Existe el amor romántico y sexual, pero también existe el amor por la familia, los amigos, nuestro país e incluso amor por una causa noble. Cuando se expresa el amor a través de la acción generosa, el vivir de verdad aumenta, efectivamente, en profundidad y alcance. "Nadie tiene amor más grande que el dar la vida por sus amigos." (Juan 15:13). “La misericordia y la verdad sostienen al rey; su trono se afirma en la misericordia." (Proverbios 20:28).

Vivir realmente significa darse. Una visión egoísta de la vida se enfoca en lo que nosotros podemos recibir, pero Jesús dijo, "… Hay más dicha en dar que en recibir." (Actos 20:35). Esta es una verdad curiosa, pues cuando nosotros damos - si de nuestras posesiones materiales, nuestro tiempo o energía, inclusive la disposición de escuchar o dar una palabra amable - nosotros también recibimos. Recibir es andar solo en una dirección, pero al dar nosotros recibimos también, lo que transforma el camino en una verdadera relación de doble dirección. Una de las mayores alegrías en la vida esta en saber que algo que nosotros podemos dar puede mejorar la vida de otras personas. “! Es un pecado despreciar al prójimo; y dichoso el que se compadece de los pobres!" (Proverbios 14:21).

¿Usted esta interesado en vivir realmente? Siga y utilice estos principios !será un excelente inicio para eso! Viva con un propósito. Viva a través de su trabajo. Viva con amor. Viva dando.

Por Robert J. Tamasy

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