¿Por qué los estados árabes no reconocen a Israel como estado judío?


El judaísmo es una entidad histórica nacional y religiosa, que se remonta a un mismo origen, una cuna territorial, el Israel bíblico, una historia y un destino común. El judío pertenece a Bene Israel, es hijo de Israel, y el pueblo judío es un pueblo con una religión propia, monoteísta que se remonta al primer hebreo Abraham, [ivrí: "el que viene del otro lado"] hace unos 4000 años. El judío tiene como patriarcas a Abraham, Isaac y Jacob, y tiene un destino común. La historia del Pueblo de Israel ha devenido sagrada para el judaísmo, y el recordarla, imperativo que se repite 169 veces en la Torá, ha sido base de la identidad del mismo. El judío religioso rememora constantemente en sus oraciones la tierra que le fue y es prometida.
Los árabes proceden de la península arábiga, se expandieron con el Islam desde el Indico hasta el Atlántico y se sienten parte de una gran nación y poseen una identidad supranacional, Muchos de ellos también se sienten parte de la Umma, la nación islámica.

Todos los estados árabes se agrupan en la Liga Árabe, organización fundada el 22 de marzo de1945 por siete Estados a los que se han ido incorporando posteriormente todos los países que se autodefinen como árabes a pesar de tener importantes minorías no-árabes.

En su carta fundacional, la Liga Árabe fijó como uno de sus objetivos que en el Mandato Británico de Palestina la comunidad judía no estableciera un estado independiente (Israel). Se instituía la formación de la Gran Siria, que estaría formada por Siria, Palestina, Transjordania y Líbano en la que se concedería una autonomía muy limitada a los judíos de Palestina [1]

Un primer vistazo a la carta fundacional de la organización panárabe más importante nos muestra que: 1- Los palestinos como pueblo se cristalizaron especialmente tras la guerra de 1967. Los árabes que habitaban en el Mandato Británico formaban parte de la nación árabe y deseaban formar parte de la Gran Siria. 2- El objetivo no era conformar un estado árabe palestino sino, simplemente, combatir para que no existiese un estado judío. El deseo árabe era destruir la entidad judía, más que conformar una patria para los árabes palestinos. 3- La autonomía limitada para los judíos no es algo nuevo, en términos islámicos se llama Dhimmitud… ser considerado un ciudadano de segunda o Dhimmi

Este sentimiento "árabe" forma parte de la identidad más básica de las naciones del medio oriente. La Unión del Magreb Árabe, Egipto o la República Árabe Unida, la Gran República Árabe Libia Popular y Socialista, la República Árabe Siria, los Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita, incorporan el sustantivo y adjetivo árabe a su nombre. [2] Los himnos nacionales de muchos países árabes y/o musulmanes hablan de arabismo e Islam, como esencia del propio país. [3]

Desde finales de la 2 Guerra Mundial, bajo el influjo del nacionalsocialismo alemán, la ideología dominante en el mundo árabe será el panarabismo, la noción de una unidad supranacional liderada por el Egipto del presidente Gamal Abdel Nasser.

Estos mismos países árabes, a partir de 1948, expulsaron entre 800.000 y un millón de judíos que habitaban en aquellos muchos siglos antes de la expansión e imposición del Islam llevada a cabo por los árabes. [4] Es el éxodo judío de tierras árabes. Este fue mayor que el éxodo de entre 420.000 y 910.000 árabes-palestinos a tierras árabes, del Mandato Británico de Palestina ocurrido en la guerra árabe-Israel de 1948. Estos árabes-palestinos abandonaron Israel y retornaron a sus países de origen ante las solicitudes de los dirigentes árabes para dejar “libre” el terreno y poder eliminar a la población restante, judía, sin dañar a los árabes al haber vuelto estos a Jordania y Siria.

Las Naciones Unidas y su Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados [ACNUR o UNHCR, en inglés] nunca han considerado oportuno constituir una comisión especial que ayude a los refugiados judíos expulsado de los países árabes de la misma forma que se esforzó y se esfuerza con enormes recursos económicos y propagandísticos por los árabe-palestinos conformando la UNRWA y otras comisiones dedicadas al refugiado “predilecto y de luxe”.

Las Naciones Unidas sólo tienen dos agencias para los refugiados, la UNRWA para los árabe-palestinos –-, y ACNUR o UNHCR para el resto de refugiados del mundo. Para los refugiados judíos, nada.

En los países árabes aumentó considerable y permanentemente la discriminación, la violencia, el hostigamiento, la persecución contra los judíos y la confiscación de sus bienes a partir de la guerra árabe-Israel de 1948. En respuesta al maltrato que padecieron los judíos en estos países, estos emigraron de los estados árabes a Israel. La gran mayoría de los judíos de los países árabes tarde o temprano emigró al moderno Estado de Israel.

El componente musulmán de estos estados es importante. Todos los países árabes forman parte de una organización musulmana mucho más amplia: la Organización de la Conferencia Islámica, que es el organismo internacional que agrupa a los estados de confesión musulmana. Fue creado en 1969 y sus miembros son 57 países musulmanes, incluyendo a la representación de la Autoridad Palestina. [5]

Los cancilleres de 57 países islámicos apelaron el 26 de mayo de 2009 a la unidad y la solidaridad para fortalecer su fe [el Islam]. Al suscribir la Declaración de Damasco, los ministros de Relaciones Exteriores declararon: "enfatizamos la necesidad de que la OCI asuma un rol efectivo en proteger los intereses y derechos del pueblo y los Estados musulmanes", indicó la declaración. [6]

La Autoridad Palestina es miembro de la Liga Árabe y de la Organización de la Conferencia Islámica, definiéndose como país árabe e islámico. Los dirigentes árabe-palestinos, tanto del islamista Hamás, como la Autoridad Palestina acaudillada por el rais [Caudillo], el panarabista Abu Mazen [Muhammad Abbas] que se presenta como moderado ante Occidente, se niegan a reconocer Israel como estado judío. [7]

No sólo la Autoridad Palestina se niega a reconocer Israel como estado judío. Aunque Israel y Egipto, -la República Árabe Unida como se autodefinía hasta 1971-, firmaron un acuerdo de paz en 1979, Egipto se ha negado a reconocer a Israel como estado judío, igual que Jordania que lo firmó con Israel en 1994.

El canciller egipcio Ahmed Aboul Gheit dijo a la cadena de televisión al-Arabiya que “la demanda de Israel de ser reconocido como un Estado judío es preocupante”, e igualó la demanda de Israel a la decisión de Irán de llamarse “República Islámica de Irán”. [8]

El canciller egipcio Ahmed Aboul Gheit dijo a la cadena de televisión al-Arabiya que “la demanda de Israel de ser reconocido como un Estado judío es preocupante”, e igualó la demanda de Israel a la decisión de Irán de llamarse “República Islámica de Irán” . Los países árabes se han negado a aceptar a Israel como estado judío desde 1947 hasta hoy día. [9]

Debemos recordar que el término "Estado judío" que tanto aborrecen la Autoridad Palestina y Egipto aparece como texto en una veintena de veces en el plan de partición de la ONU (1947) [10]

¿Por qué razón la identidad árabe y la identidad islámica es tan importante entre los países del medio oriente, aunque no son la única identidad en dichos estados, y sin embargo, rechazan de plano reconocer el "judaísmo" del estado de Israel?

Todos los países árabes pertenecen a la Liga Árabe, se definen como étnica y sociológicamente árabes a pesar de que muchos de ellos tienen porcentajes superiores de no-árabes al que Israel tiene de no-judíos, y a su vez se autodenominan musulmanes. Los 57 países islámicos, todos ellos miembros de la Organización de la Conferencia Islámica, se autodefinen como musulmanes, con identidad religiosa musulmana, a pesar de tener muchos de ellos porcentajes de minorías no-musulmanas superiores al que tiene Israel de no-judíos.

Ningún país de la tierra encuentra reparos a que los países árabes, étnica y sociológicamente árabes, sean miembros de la Liga Árabe y se definan como árabes, ni tampoco hay reparos a que los 57 países islámicos de la Organización de la Conferencia Islámica se definan como islámicos, con identidad religiosa musulmana, a pesar de tener minorías no-árabes y no-musulmanas, respectivamente, y con porcentajes superiores al que Israel posee de no-judíos. [6 y 11]

El porqué del rechazo de los estados árabes y musulmanes en reconocer Israel como estado judío:

La definición precisa de "judío" es controvertida y puede variar dependiendo de que se haga mayor énfasis en la identidad religiosa o en la secular (étnica y sociológica). El actual Ministro de Defensa de Israel Ehud Barak dijo, en la película The Case for Israel, que cuando hablamos de un estado judío no nos referimos a una teocracia regida por la halajá. "Nos referimos al judaísmo de Hertzl… un lugar en donde los judíos podamos expresar con libertad nuestro judaísmo". La gran mayoría de los judíos de Israel apoyan esta tesis. Además, en el judaísmo no existe la dhimmitud, el humillante estatus de ciudadano de segunda para los judíos y los cristianos.

El ministro de Asuntos Estratégicos y antiguo jefe del Estado Mayor del Tzahal, Moshé (Boguy) Yaalon, ha declarado recientemente que la legitimidad del Estado de Israel es cuestionada constantemente: “Atacan la legitimidad de Israel e intentan denegarle el derecho a ser el Estado del Pueblo Judío y su derecho a defenderse como tal”.Continuó denunciando “los intentos de socavar nuestras relaciones con el mundo libre, al cual estamos muy orgullosos de pertenecer”.

Reconocer a Israel como estado del pueblo judío, no es una forma de preparar el terreno para echar a los árabes ciudadanos de Israel como afirman los árabe-palestinos y los egipcios. ¿Acaso la intención palestina y árabe en general al rechazar la exigencia israelí aquí planteada, es que el futuro estado palestino sea de los árabe-palestinos y que el reducido Israel sea definido como un estado binacional judeo-árabe?

La Autoridad Palestina ha afirmado públicamente en un programa de televisión en árabe en la noche del 8 de septiembre de 2010, en Rosh Hashana, el Año Nuevo judío, que el culto judío en el Kotel HaMaaravi - Muro Occidental – es pecaminoso e inmundo. [12]

Abu Mazen –Mahmud Abbas- el actual presidente de la Autoridad Palestina, realizó su disertación doctoral en la Universidad Oriental de Moscú en 1982 que consistía en negar el Holocausto. Este negacionista y para algunos, terrorista, se presenta ante Occidente como la cara moderada de los árabe-palestinos, [13] y mientras define a la Autoridad Palestina como Palestina árabe y musulmana se niega a reconocer a Israel como estado judío.

La razón "políticamente correcta" para justificar el rechazo a aceptar a Israel como un estado judío reside, como señalamos anteriormente, en un supuesto temor sobre el futuro de los no judíos, principalmente cristianos y musulmanes, en un estado de Israel "judío". El diputado árabe israelí Ahmad Tibi dijo en una entrevista en la radio Galei Tzahal (setiembre del 2010) que "los israelíes desean preparar el terreno legal para considerar a los árabes como ciudadanos de segunda". El canciller egipcio Ahmed Aboul Gheit dijo en una entrevista para la cadena de televisión al-Arabiya que "Si la comunidad internacional define a Israel como un estado judío, tal decisión debe ser aprobada por la ONU", aseguró Aboul Gheit, agregando su preocupación por los árabes israelí sufrirían. "¿Van a recibir todos los derechos civiles? ¿Van a seguir siendo una minoría o van a ser expulsados?", preguntó. [14]

La intención de la Autoridad Palestina es expulsar a todos los judíos que vivan en Judea y Samaria, tomando como modelo Gaza, tierra judía “judenrein”, libre de judíos, y configurar el reducido Israel a un estado binacional judío-palestino.

Los árabes en Israel gozan de todos los derechos que tienen los judíos israelíes, y son los que mejor viven entre todos los árabes. Los árabes israelíes han llegado a la Alta Magistratura de Israel, muchos de ellos son médicos, policías, jueces, abogados, periodistas, técnicos, y sus mujeres son las árabes con más derechos y libertades. La población árabe de Israel goza de mayores libertades políticas y derechos civiles que sus hermanos árabes en países de mayoría y gobierno árabes.

La situación laboral, jurídica, económica, social y profesional de los ciudadanos árabes israelíes es de plena igualdad a la de los judíos israelíes, De hecho, ninguno de ellos está dispuesto a renunciar a su ciudadanía israelí. Israel respeta plenamente a sus ciudadanos árabes, musulmanes o cristianos. Ninguno de ellos prefiere ir a vivir en una “Palestina” independiente.

¿Porqué los árabes y musulmanes, en general, rechazan que Israel sea reconocido como estado judío?

El cristianismo y el Islam practican la teología de la sustitución, el Cristianismo se percibe a si mismo como el auténtico Israel, y el Islam también, por lo que la heredad de la Tierra de Israel dada por Dios al Pueblo Judío “corresponde” por derecho de sustitución al cristianismo. Este fue el argumento justificatorio de las Cruzadas para “recuperar” Jerusalem y Tierra Santa. Esta idea adormecida en la práctica, aunque no anulada, subyace en el postulado de que los “Santos Lugares cristianos” son propiedad del cristianismo.

La Iglesia Católica reconoció Israel como estado en 1993, y nunca como estado judío. [15] Muchos cristianos, mayormente evangélicos, creen que la Tierra Santa es heredad única y exclusivamente del Pueblo Judío, pero transitoriamente, hasta que todo el pueblo judío retorne y resida en Israel y este “reconozca” que Jesús es el Mesías y la divinidad encarnada. Entonces toda la humanidad será cristiana y la tierra de Israel será “de toda la humanidad cristiana”.

En el Islam la idea de que todo Israel pertenece a los musulmanes es muy viva e intensa.

A pesar que hay textos el Corán en los que se afirma que la tierra de Israel pertenece al pueblo judío:

Corán 28: 4-5: Faraón se condujo altivamente en el país –Egipto- y dividió a sus habitantes en clanes. Debilitaba a un grupo de ellos, degollando a sus hijos varones y dejando con vida a sus mujeres. Era de los corruptores. Quisimos agraciar a los que habían sido humillados –los israelitas- en el país y hacer de ellos jefes, hacer de ellos herederos,

Corán 2:47: ¡Hijos de Israel! Recordad la gracia que os dispensé y que os distinguí entre todos los pueblos.

Corán 5:20-21: Y cuando Moisés dijo a su pueblo: «¡Pueblo! Recordad la gracia que Alá os dispensó cuando suscitó de entre vosotros a profetas e hizo de vosotros reyes, dándoos lo que no se había dado a ninguno en el mundo. ¡Pueblo! ¡Entrad en la Tierra Santa que Alá os destinó y no volváis sobre vuestros pasos; si no, regresaréis habiendo perdido!».

Corán 7:137: Y dimos en herencia al pueblo –israelita- que había sido humillado las tierras orientales y las occidentales –las tierras del Israel completo- , que Nosotros hemos bendecido. Y se cumplió la bella promesa de tu Señor a los Hijos de Israel, por haber tenido paciencia. Y destruimos lo que Faraón y su pueblo habían hecho y lo que habían construido.

Corán 10:93: Hemos instalado a los Hijos de Israel en un lugar bueno –las tierras del Israel completo- y les hemos proveído de cosas buenas. Y no discreparon sino después de haber recibido la Ciencia. Tu Señor decidirá entre ellos el día de la Resurrección sobre aquello en que discrepaban.

Corán 20:80: ¡Hijos de Israel! Os hemos salvado de vuestros enemigos y nos hemos dado cita con vosotros en la ladera derecha del monte. Hemos hecho descender sobre vosotros el maná y las codornices

Corán 26:59: Así fue, y se lo dimos en herencia a los Hijos de Israel.

Corán 45:16: Dimos a los Hijos de Israel la Escritura, el juicio y el profetismo. Les proveímos de cosas buenas y les distinguimos entre todos los pueblos.

Corán 44:32: Les elegimos –a los israelitas- conscientemente de entre todos los pueblos.

Corán 32:23-24: Hemos dado a Moisés la Escritura -no dudes, pues, en encontrarle- e hicimos de ella dirección para los Hijos de Israel. Elegimos de entre ellos –los israelitas- a jefes que les dirigieran siguiendo Nuestra orden como premio por haber perseverado y por haber estado convencidos de Nuestros signos.

Corán 17:104: Y, después de él, dijimos a los Hijos de Israel: "Habitad la tierra –las tierras del Israel completo- y, cuando se cumpla la promesa de la otra vida, os llevaremos en tropel".

Según Tarek Hamid, éste último versículo del Corán declara que la voluntad de Alá es reunir los hijos de Israel –el pueblo judío- de nuevo en la Tierra Prometida –Eretz Israel Shlema, el Israel completo, con Judea y Samaria- antes del fin de los días. Hay algunos árabes y musulmanes que creen que ningún musulmán tiene derecho a interferir con la reunificación de los judíos en Israel de nuevo, pues lo consideran la voluntad de Alá y por concluyen que Gaza y “Cisjordania” sería mejor denominarla tierra israelí ocupada -por no-judíos-.

Según estos textos del Corán, solamente los judíos han recibido esa promesa. Y solamente los judíos tienen derecho a esa Tierra Prometida, y en ningún caso ni los musulmanes ni ningún oro creyente.

Esa promesa incluye la zona Occidental, así como la zona Oriental de esa Tierra Prometida. (Se trata de unos 60.000 Km cuadrados. Para comparar, el Estado de Israel tiene poco más de 20.000 Km cuadrados).

Según el Corán, la vida en esa Tierra Prometida es dura, pero los judíos deben quedarse en ella, dado que al cumplirse la promesa divina, los judíos de la Diáspora serán recolocados en ese lugar. [16]

Para el mundo árabe y los panarabistas la independencia del judío es una afrenta al orgullo árabe, el judío deja de ser un dhimmi, un ciudadano sometido y de segunda clase; a su vez demuestra que sin petróleo los judíos heridos y extenuados y diezmados por el Holocausto son capaces de crear un país de primer nivel avanzado mundialmente en todas las ciencias y tecnologías, socialmente moderno, y con unas libertades inimaginables en el mundo árabe. El árabe que vive en Israel, “sometido al sionismo” es el que goza de más derechos y oportunidades de todos los árabes del mundo árabe.

El orgullo árabe y su cultura hipermachista no han podido digerir que un pueblo pequeño y sometido a la Espada del Islam durante siglos haya podido liberarse del yugo, no sólo del judeofobo europeo, sino también del árabe.

Los dictadores y la calle árabe necesitan encontrar un chivo expiatorio, el pueblo judío, que “explique y justifique” su subdesarrollo científico, tecnológico, éticamente y socialmente retrasado y su falta de libertades.

Para los islamistas el conflicto entre los árabes e Israel es una guerra religiosa, como explica en un artículo del 5 de marzo de 2010 Hamed Aghbariya, editor del diario árabe-israelí Sawt Al-Haqq Wal-Hurriya, afiliado al Movimiento Islámico, en el que afirma que el conflicto árabe-israelí es en su esencia una lucha religiosa. [17]

"Es como si estuvieran diciendo que todo lo que ha sucedido desde la caída del Califato islámico y la dada a conocer Declaración Balfour no constituyen una guerra religiosa. Como si la guerra de 1948 contra toda la nación musulmana no fue una guerra religiosa y la ocupación en 1967 de los territorios y la profanación de la Mezquita Al-Aqsa no es parte de una guerra religiosa, y todas las otras guerras y planes de judaización no fueron parte de una guerra religiosa. Como si la guerra contra Gaza no fue una guerra religiosa, y lo que está sucediendo hoy día en Al-Aqsa y Jerusalén no está vinculado a una guerra religiosa. Como si el judaísmo a nivel mundial y sus dirigentes no han declarado una guerra religiosa desde el primer momento en el Congreso de Basilea, cuando anunciaron que el objetivo de su empresa era realizar el sueño de regresar a la tierra de sus antepasados... “ .

El islamismo declara que el judaísmo y el cristianismo son falsos. La Torá como el Nuevo Testamento cristiano creen que el Mesías vendrá, para los cristianos volverá, y con él habrá el Tercer Templo. Los dos edificios musulmanes impiden ese cometido. El Corán predice que toda la humanidad será islamizada. La Torá y el Nuevo Testamento contradicen el Corán, y viceversa. El Domo de la Roca y la Mezquita del Al-Aksa “confirman” a los ojos de los musulmanes que sólo es verdadero el Corán. De ahí procede el gran pavor y temor de los islamistas a la independencia del pueblo judío en su propio hogar, la Tierra de Israel, y la obsesión enfermiza de aquellos, como los mulás de Irán, en destruir Israel, para evitar que pueda ser levantado el Tercer Templo. [18]

El reconocimiento de Israel como estado judío implicaría abandonar la concepción por la cual un estado considerado “hereje” por el Islam no tiene lugar ni derecho a la existencia en Dar al-Islam, la Casa del Islam. Todo otro reconocimiento que no contemple a Israel como estado judío es una forma de ganar tiempo hasta que haya mayoría demográfica árabe-palestina, al estilo conocido de los pactos de Muhamad en el Jaibar.

Los musulmanes consideran que el conflicto tiene más de 1.431 años de antigüedad, y que comenzó “cuando el profeta Muhammad comenzó a predicar la palabra de Alá”.

El reconocimiento de Israel implicaría en la visión islamista que la “herejía” pueda coexistir con el Islam. [19]

El Islam –basándose en el Corán- considera que todo el orbe será musulmán. El Judaísmo y el Cristianismo creen que “De Sión vendrá el Libertador”

En la declaración Nostra Aetate del Concilio Vaticano II de 1965: ”la Iglesia Católica reconoce que los comienzos de su fe y de su elección se encuentran ya en los Patriarcas, en Moisés y los Profetas, conforme al misterio salvífico de Dios. Reconoce que todos los cristianos, hijos de Abraham según la fe, están incluidos en la vocación del mismo Patriarca y que la salvación de la Iglesia está místicamente prefigurada en la salida del Pueblo Elegido de la tierra de esclavitud. Por lo cual, la Iglesia no puede olvidar que ha recibido la Revelación del Antiguo Testamento por medio de aquel Pueblo, con quien Dios, por su inefable misericordia se dignó establecer la Antigua Alianza, ni puede olvidar que se nutre de la raíz del buen olivo en que se han injertado las ramas del olivo silvestre que son los gentiles. Cree, pues, la Iglesia que Cristo, nuestra paz, reconcilió por la cruz a judíos y gentiles y que de ambos hizo una sola cosa en sí mismo".

El apóstol Pablo en su epístola a los Romanos, capítulo 11, dice en los versículos: 1. Digo, pues: ¿Ha desechado Dios a su pueblo (Israel)? En ninguna manera. Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín. 2. No ha desechado Dios a Su Pueblo [Israel], al cual desde antes conoció. 11 Digo, pues: ¿Han tropezado los de Israel para que cayesen? En ninguna manera; pero por su transgresión vino la salvación a los gentiles, para provocarles a celos. 26. Y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sion el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad.

Pablo reproduce el texto del profeta Isaías 59:20-21: Entonces el Redentor vendrá a Sión. Y a los de Jacob que se arrepientan de la transgresión, el Eterno les dice: "En cuanto a mí, éste será mi Pacto con ellos: ’Mi Espíritu que está sobre ti y mis palabras que he puesto en tu boca no se apartarán de tu boca, ni de la boca de tus descendientes, ni de la boca de los descendientes de tus descendientes, desde ahora y para siempre’ ", ha dicho el Eterno.

La guerra del Islamismo contra Israel es el Yihad para que el Islam venza a la Torá, y la Biblia. Es una guerra ideológica, en la que los islamistas creen con absoluta fe en la supremacía del Islam sobre el resto de ideologías.

Para los devotos musulmanes el Islam emana de Alá, y el resto de ideologías y religiones son creadas y elaboradas por los hombres, y es un deber religioso musulmán extirpar de raíz toda ideología que no sea el Islam.

El jefe del movimiento islamofascista Hisbulá, Hassan Nasralá ha declarado que “mientras Israel exista, la paz nunca existirá en la región”. [20]

Los islamistas “necesitan” imperiosa y categóricamente vencer y destruir a Israel, reislamizar Jerusalem e Israel como condición sine qua non e imprescindible para poder “demostrar” la validez del Corán y su supremacía sobre la Biblia.

Si el Islam vence a Israel, la Biblia se basa en falsedades, automática y consecuentemente los cristianos serán derrotados seguida y rápidamente, ya que se sustentan en errores y mentiras.

Entonces el Islam vencerá y dominará el mundo, como aseguró Muhammad a sus seguidores, según recopilan los hadices, y el Yihad vencerá fácilmente en todo el orbe. El Islam podrá imponerse absoluta y rápidamente en toda la tierra.

Esta argumentación teológica puede resultar absurda, pueril y ridícula para los no-musulmanes, para los ateos, agnósticos y para los creyentes de otras religiones, pero para los islamistas es el motor de toda su actividad bélica, de su Yihad.

La validez y consideración que los propios musulmanes conceden a estos hadices permite comprender las motivaciones, aspiraciones y acciones de los islamistas, y de los regimenes de Arabia Saudita y de Irán.

Los islamistas luchan y guerrean para poder ondear el estandarte del Islam sobre los cinco continentes.

El odio del régimen islámico de Irán hacia Israel y del mundo árabe y musulmán se cementa y basa en estas consideraciones teológicas. No es un odio a Israel por como es, sino porque es, -porque existe-, y porque la “derrota” de Israel es el paso previo inmediato a la victoria mundial del Islam, el epifenómeno de la supremacía del Islam.

Fuente: Guysen International News

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