Cuando Las Oraciones Se Quedan Sin Respuesta:


“Cuanto todo lo demás falle, ore” – este parece ser el lema de mucha gente. Tal vez usted sea una de ella. Cuando surgen momentos en que las circunstancias están fuera de control recurren a la oración. Al final ¿qué mal puede hacer no? Para otras personas, la oración es esencial, siguen con seriedad la enseñanza de la Biblia. “Orad sin cesar” (I Tesalonicenses 5:17). Oran por sus necesidades personales, interceden por las de otros y loan al Dios que sirven.

Pero hay una particularidad con la oración: no es como llegar a una máquina automática, colocar dinero en ella y recibir lo que se quiere. Las oraciones, a veces, se quedan sin respuesta. ¿Qué sucede cuando oramos y no recibimos la respuesta que buscamos? Oramos y nada de respuesta.

A lo largo de mi vida y de mi carrera viví esta experiencia en muchas ocasiones: tener que permanecer en un trabajo que ya no me daba satisfacción, sin que surgiesen nuevas opciones; batallar para encontrar a la persona correcta para colocarla en esa posición clave en la empresa; esperar por la venta de la casa, mientras que las presiones financieras se acumulaban. Pero por medio de esas situaciones aprendí mucho sobre la oración y sobre Dios. Aprendí que Dios siempre responde las oraciones, pero lo hace de una de estas cuatro maneras: Si; no; espere y diferente.

Cuando Dios dice “si”. Como un padre humano y amoroso y compasivo, Dios tiene placer en recibir los pedidos de Sus hijos y responderlos. Y sus respuestas son mejores de las que de nuestros padres imperfectos. “Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11:13).

Cuando Dios dice “no”. Nuestros pedidos algunas veces son rechazados porque nuestra motivación está incorrecta, fruto de nuestros deseos egoístas. Otras veces, Dios sabe que lo que verdaderamente necesitamos no es lo que estamos pidiendo. Entonces Él dice “no” a nuestras oraciones. “Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites” (Santiago 4:3).

Cuando Dios dice “espere”. Hay momentos en que Dios, por alguna razón, retiene Sus respuestas. Puede ser que no sea el momento correcto; detalles específicos pueden estar incompletos. Él puede estar enseñándonos a ser pacientes; o simplemente quiere dejar claro que es Él que está controlando la situación y no nosotros. “Guarda silencio ante Jehová, y espera en él. No te alteres con motivo del que prospera en su camino,

Por el hombre que hace maldade. Espera en Jehová, y guarda su camino, Y él te exaltará para heredar la tierra; Cuando sean destruidos los pecadores, lo verás.” (Salmos 37: 7, 34).

Cuando Dios dice “diferente”. A veces, cuando oramos, estamos convencidos de lo que necesitamos o queremos. Dios en Su sabiduría, es omnisciente y sabe cuando una respuesta diferente es más adecuada, es mejor de lo que estábamos pidiendo. “Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efesios 3:20).

CBMC INTERNATIONAL

Por Rick Boxx

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