Lugares sagrados... y disputados de Oriente Próximo juegan importante rol en el conflicto


Las diferencias entre israelíes y palestinos tienen un fuerte componente religioso.
En esta ecuación, su carga emocional complica el logro de una solución. Aquí, los más importantes:

1- La mezquita de Al Aqsa

La mezquita más sagrada de Jerusalén y la más conocida es la de Al Aqsa, que en árabe significa "la más lejana". Es justamente esa la mención que aparece en el Corán, al hablar del 'viaje nocturno' del profeta Mahoma, su ascensión al cielo. Es también la mezquita más grande de Jerusalén, capaz de albergar a unos 5.000 fieles.

La mezquita es el tercer sitio sagrado de la religión musulmana, con tal presencia política en la discusión pública desde que Israel tomó control de Jerusalén Este en 1967, que hay quienes dicen que hoy por hoy es tan importante, al menos, como la Meca. Fue construida sobre los restos del Templo judío sagrado, destruido en el año 70 por el Imperio romano. La estructura fue destruida varias veces por terremotos y reconstruida, al menos, cinco veces.

2- La Tumba de los Patriarcas

Situado en Hebrón -ciudad de Cisjordania en la que permanece un enclave judío- este es un sitio sagrado tanto para judíos como para musulmanes.

Según la tradición, allí están sepultados los patriarcas Abrahán, Isaac y Jacob -Abrahán también es venerado por los musulmanes, que lo llaman Ibrahim- y las así llamadas 'Madres del pueblo judío': Sarah, Rebeca y Lea.
La Biblia dice que fueron enterrados en una cueva (la cueva de Macpela), comprada por Abrahán.

Para los musulmanes, este lugar se llama la 'mezquita de Ibrahim'. Para los judíos, este es el segundo lugar sagrado de Jerusalén (después del Muro de los Lamentos), por ser el primer pedazo de tierra comprado por Abrahán en Canán, la tierra prometida.

Cuando Hebrón estuvo bajo dominio otomano, el santuario fue convertido en una mezquita y se prohibió a los judíos orar en él. Durante siglos, los judíos podían orar únicamente en el séptimo escalón de la escalinata de afuera del santuario, que conduce a éste.

En 1967, cuando Israel tomó Cisjordania en la guerra de los Seis Días, los judíos pudieron volver a entrar al santuario. Desde entonces, el lugar está dividido en un sector para la oración judía (que es el de menor tamaño) y uno más amplio para los musulmanes.

Hebrón es la única ciudad cisjordana en donde residen colonos judíos. En febrero de este año, este lugar fue escenario de fuertes enfrentamientos por la decisión israelí de incluirlo en la lista de sitios de patrimonio nacional israelí. La ONU mostró su preocupación por la decisión y manifestó en un comunicado que "medidas de este tipo pueden provocar tensiones".

Desde la matanza de la Cueva, el 25 de febrero de 1994- cuando Baruj Goldstein, un colono del asentamiento de Kiryat Arba, abrió fuego hacia musulmanes que rezaban en el lugar (mató a 29 e hirió a aproximadamente un centenar), las dos partes del santuario están completamente separadas.

Cada religión tiene sus horarios y lugares de rezo. En días de fiesta musulmana, algunas veces al año, el santuario está abierto únicamente para los musulmanes, mientras en algunas fiestas religiosas judías, está abierto exclusivamente para los judíos.

3- El Muro de los Lamentos

El lugar más sagrado del judaísmo es el Muro de los Lamentos, el único remanente del templo de Jerusalén.

La santidad del Muro deriva del hecho que era parte de una de las murallas que rodeaban el templo, en la época de Herodes, que a su vez lo construyó sobre las ruinas del templo del rey Salomón. Como es lo que quedó en la parte occidental de las grandes murallas, se le llama también el muro Occidental.

Irónicamente, el nombre más conocido de este sitio sagrado de los judíos se deriva del término árabe el-Mabka (sitio de las lamentaciones), en descripción de la práctica tradicional judía de orar con la frente contra la superficie de roca para lamentar la destrucción del templo.

El 'Muro' que conoce el mundo es una extensión de casi 60 metros, expuesta frente a una gran plaza que suele albergar a cientos o miles de judíos. Pero en realidad, el muro alcanza casi los 500 metros, aunque permanece cubierto por estructuras y construcciones, en su mayoría residenciales.

Según la tradición islámica, en su camino hacia el sitio de su ascensión, el profeta Mahoma ató su caballo Al Buraq a los restos de la estructura y, por ello, algunos sectores musulmanes sostienen que el muro, al que llamaron justamente Al Buraq, constituye un sitio legítimamente musulmán, y de hecho se oponen a su denominación generalizada como Muro de los Lamentos.

El sitio se ha convertido en una atracción casi obligada para los turistas que visitan la Ciudad Santa y es usual que los jefes de Estado que vistan la zona acudan ante el muro como señal de respeto por su significado para esa religión.

Quienes visitan Muro de los Lamentos tienen, además, la opción de recorrer, al menos en parte, sus túneles, restaurados por arqueólogos durante los últimos 40 años.

4- El Domo de la Roca

Uno de los puntos más representativos en el horizonte de Jerusalén es el Domo de la Roca, que también es conocido como la 'mezquita de Umar', a pesar de que en realidad no se trata de una mezquita activa. Se lo conoce así porque en ese lugar, según la tradición islámica, rezó el califa Umar tras la conquista de Jerusalén por parte de los musulmanes.

Para los musulmanes, se trata del lugar desde donde Mahoma subió al cielo, para reunirse con Alá.

Para los judíos, en su interior está la roca en la cual Abrahán estuvo a punto de sacrificar a su hijo para afirmar su fe en Dios.

La cúpula dorada que tan a menudo aparece en las fotografías de Jerusalén fue construida por el noveno califa, Abdel Malik, en el año 692.

Desde entonces, la estructura no ha sufrido cambios arquitectónicos significativos en más de trece siglos. Es, por tanto, el único santuario islámico de la época que ha sobrevivido intacto, aunque el dorado de la cúpula fue renovado en los años 90.

Además de su valor religioso, el sitio es objeto de admiración por su arquitectura. En una muestra de virtuosismo por parte de sus constructores, la altura de la cúpula dorada es igual al diámetro de su nave central. Está decorada con mosaicos de colores, en su mayor parte dorados y verdes. Las naves exteriores, por su parte, son octogonales y están divididas por arcos y columnas.

El lugar corona la llamada 'Explanada de las Mezquitas', o 'Monte del Templo', en donde están ubicados otros sitios sagrados como el muro Occidental (o Muro de los Lamentos) o la mezquita de Al Aqsa.

En mayo del año pasado, el papa Benedicto XVI visitó el domo de la Roca en la ciudad vieja de Jerusalén, con lo que se transformó en el primer líder de la Iglesia Católica en entrar a este templo islámico.


JANA BERIS
CORRESPONSAL DE EL TIEMPO
JERUSALÉN

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