La Salvación es un regalo
Dios no nos hizo robots ni mucho menos. ¿Se imagina usted que Dios viniera a la tierra y todos nosotros tuviéramos que ponernos en una fila y hacerle un saludo militar y estar parados ahí, sin poder movernos hasta que él nos mande, sin poder hacer ninguna actividad fruto de nuestra propia volición, sino que tengamos que esperar que Dios lo ordene, para entonces nosotros proceder? No sé usted, pero eso a mí me molestaría en grado sumo.
Así que él nos dio su imagen. Su imagen incluye deseo propio e independiente, intelecto, emociones, razones morales y existencia eterna. Todos estos y muchos otros son atributos de Dios. Él nos los dio a nosotros y yo estoy muy contento de que lo haya hecho.
¿Se imagina usted la vida miserable que vive un anciano rico casado con una hermosa y joven mujer, quien él sabe que está casada con él simplemente por su dinero? Pues de la misma manera a Dios le molestaría que nosotros o sus ángeles le obedeciéramos por interés, por miedo o porque simplemente no tenemos otra alternativa.
Todo lo que Dios ha creado ha sido sometido a este proceso de libre albedrío. Toda la creación inteligente de Dios ha tenido que elegir entre servirle o desobedecerle. Si no fuera así, Dios no fuera Justo ni Santo. De la misma manera que Satanás tuvo la libertad de abandonar a Dios, así la han tenido todos los ángeles llegando al extremo de que 1/3 parte de ellos decidieron no obedecerle. (Ver Ezequiel 28:13-19)
Cuando Dios nos creó, él tomó un riesgo calculado. Él nos dio libertad, aun sabiendo de antemano que le desobedeceríamos. Él confió en nosotros. Él nos creó y nos puso la creación a nuestra disposición y bajo nuestro dominio (Ver Génesis 1:26-28). Aunque Dios le dio al hombre razones para amarle, a cambio el hombre decidió no hacerlo, a cambio el hombre decidió romper su relación con su Creador. A cambio, el hombre decidió independizarse de las directrices libremente "sugeridas" por Dios.
Cuando esta ruptura se concretizó, tal y como Dios le había advertido, el hombre murió espiritualmente. Ese espíritu creado a la imagen de un Dios santo, ahora no era un espíritu a la imagen de Dios. Ahora era un espíritu malvado, con el corazón dañado y podrido por la maldad. Solamente a través de mantener un espíritu santo, como el del Dios que lo había creado, el hombre era capaz de entender y conocer a Dios. Pero ahora no había esperanza…ahora todo se había perdido…ahora el hombre andaba solo en su camino…ahora Dios había sido abandonado por el hombre…Pero Dios "amó tanto a su creación" que todavía así, le dio una esperanza postrera de reconciliación.
A partir de esa rebelión, toda la humanidad, TODOS LOS DESCENDIENTES DEL PRIMER HOMBRE Y DE LA PRIMERA MUJER, estaban vivos físicamente, pero muertos espiritualmente. A partir del abandono de Adán y Eva de los caminos de Dios, todos los que hemos nacido a partir de ese momento, hemos nacido muertos espiritualmente, aunque estemos vivos físicamente. (Esta es la razón por la que creer en el recuento bíblico de la Creación es vital. Un cristiano no puede creer en el Dios de la Biblia y también creer en la Evolución. ¡Si la evolución ha ocurrido, Jesucristo no es necesario!).
Pero Dios, además de ser Santo y Justo, también es Amor. Ese amor fue el que le motivó a hacer una promesa a la humanidad. La segunda persona de la Trinidad, vendría a la tierra y se haría hombre (Ver Génesis 3:14-15). Al hacerse hombre, al nacer del vientre de una mujer, él era efectivamente hombre, pero también efectivamente Dios. Jesús era un hombre, quien no había dejado de ser Dios; en efecto, Hijo del Hombre e Hijo de Dios.
Ese Hombre/Dios fue Jesús. Ser hombre le calificaba para ganar para la humanidad lo que otro hombre (Adán) había perdido cuando decidió pecar y separarse de Dios. Al vivir una vida sin pecado, él logró lo que Adán no había logrado hacer (Ver Romanos 5:15; 1 Corintios 15:22 y 15:45).
Pero todavía faltaba lograr algo más: Ahora había que satisfacer la ira de Dios. Esta ira dice que "la paga del pecado es la muerte" (Romanos 6:23). Jesús tenía que, en representación de la humanidad, sufrir la muerte que de otra forma nos tocaba a todos los hombres por haber pecado. Al hacerlo, recuerde, ahora en representación de un hombre sin pecado, lograría poner sobre sí toda la ira de Dios (Romanos 2:8). Dios por su parte, ahora quedaría satisfecho de haber sido "justo" y de haber recibido al nuevo Adán, limpio, justo y sin pecado. Pero más importante que todo, este nuevo Adán, ahora poseedor del derecho del acceso a Dios nos dio TODO EL DERECHO de reclamar para nosotros mismos la totalidad de lo que él había logrado a través de su vida sin pecado y de su muerte vicaria en la Cruz (Romanos 10:13 y Filipenses 2:9-11).
"Por eso Dios exaltó a Jesús hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo nombre, para que ante el nombre de Jesús se doble toda rodilla en el cielo y en la tierra y debajo de la tierra, y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre." Filipenses 2:9-11
¿Qué tiene que hacer un hombre para reconstruir su relación con Dios?
Aceptar el regalo del restablecimiento de tu comunión con Dios comprada por Cristo en la Cruz. De no ser así, estamos perdidos.
El hecho de que todos nacemos muertos espiritualmente, es lo que hace necesario que tengamos que experimentar un "nuevo nacimiento".
"De veras les aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios --dijo Jesús." Juan 3:3
¿Cómo experimento ese "nuevo nacimiento?"
Ven a Cristo. La Biblia nos dice:
"De hecho, en ningún otro hay salvación, porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres mediante el cual podamos ser salvos." Hechos 4:12
Pastor Dawlin A. Ureña
Grand Rapids, Michigan, USA
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