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Mostrando entradas de enero, 2014

La persecución de los cristianos aumenta en los paises "quebrados"

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Siria, Somalia, Paquistán y la República Centroafricana se encuentran entre los países que han ascendido en la Lista de Persecución Mundial (LPM); Corea del Norte continúa en primera posición. Durante doce años consecutivos Corea del Norte continúa siendo la nación más restrictiva para practicar la fe cristiana, según la Lista Mundial de Persecución de Puertas Abiertas (LMP). Sin embargo, ha habido un aumento de la persecución hacia las comunidades cristianas en países "quebrados" recogidos en la lista del 2013. Un país "quebrado" es un estado débil donde las estructuras sociales y políticas están derrumbadas hasta tal punto que el gobierno tiene poco o ningún control. Los 10 países principales donde los cristianos sufrieron más violencia y presión durante 2013, reflejados en la LMP de 2014 son: Corea del Norte, Somalia, Siria, Irak, Afganistán, Arabia Saudita, Maldivas, Paquistán, Irán y Yemen. El principal motor de esta persecución de cristianos

“Si crees, verás la gloria de Dios”

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Léase Juan 11:1-44 En el evangelio según Juan, principalmente, los milagros del Señor están designados por una palabra cuyo sentido literal es signo (o señal). Revelan efectivamente algo de su gloria y de su persona. Así, mediante la multiplicación de los panes, descubrimos que Jesús es el pan de vida (Juan 6:35); cuando da la vista al ciego, es la luz del mundo (Juan 8:12). La resurrección de Lázaro nos muestra que Jesús es la resurrección y la vida (Juan 11:25). Cuando pasó por la muerte, Jesús reveló que él es la resurrección y la vida. El Señor Jesús resucitado dijo al apóstol Juan: “No temas; yo soy el primero y el último; y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte” (Apocalipsis 1:17). Todo el que deposita su confianza en Jesucristo recibe esta seguridad: “El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá” (Juan 11:25). “Si crees, verás la gloria de Dios” (Juan 11:40), dijo Jesús a Marta. La glori

Perseverar en la oración

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(Léase Lucas 18:2-5) «Después de la Segunda Guerra Mundial era casi imposible ir a China. Sin embargo, eso era lo que yo realmente deseaba hacer. Oí hablar de un pequeño barco que iba hasta Shanghái, pero no era de pasajeros. A pesar de ello cada día iba a la oficina de la compañía y preguntaba si podía embarcar. El empleado, aunque era muy amable, siempre rechazaba mi solicitud. Al día siguiente volvía a insistir, hasta que un día el hombre me dijo: Debe ser muy molesto venir tan a menudo. Déjeme su número de teléfono y le llamaré cuando pueda satisfacer su petición. Le aseguré que yo no tenía nada más que hacer y que volvería cada día. Le dije que no lo iba a dejar tranquilo. ¡Al día siguiente obtuve mi billete!». G. C. Willis Esta historia ilustra la actitud que el Señor nos pide cuando oramos (Lucas 18:2-5). Orar una y otra vez, y otra vez, sin dejarnos vencer por el desánimo, hasta que la oración sea contestada. Sin embargo hay una condición: “Y esta es la confianza que

La Iglesia “Sensitiva”: ¿Un Concepto Contemporáneo?

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En años recientes, hemos escuchado mucho sobre iglesias que han abrazado un estilo un poco más sensitivo y amistoso hacia visitantes inconversos. Su estilo complaciente ha eliminado algunos estilos de adoración o predicación que pudieran ser ofensivos al inconverso, especialmente entre la juventud. Dependiendo de la iglesia, los cambios podrían ser cosméticos o podrían ser más profundos. Algunas iglesias evitan hablar de doctrinas teológicas que pudieran ser ofensivas, como el pecado, el juicio y la santidad. Algunas incluso han removido sus cruces. Según un artículo en Christianity Today [Cristianismo Hoy Día] de agosto 2013 por Dorothy Greco, “Servicios ‘sensitivos’ originalmente prometían atraer y restaurar las personas ‘post-modernas’ al redil. Echaron los sermones exegéticos formales de 45 minutos a través de sus coloridos vitrales, y los sustituyeron con charlas cortas o relatos que pudieran responder a las ‘necesidades’ de los congregantes, a la vez que reforzaban la pr