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Mostrando entradas de enero, 2013

¡Jesús va a regresar!

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La Biblia no es tan sólo un libro de sana literatura, de poesía inspirada o de predicación dinámica, sino sobre todo el libro de Aquel que mandó que se escribiese en él: “Lo que pasó, ya antes lo dije… por mí, por amor de mí mismo lo haré” (Isaías 48:3, 11). Las sagradas Escrituras anuncian con muchos detalles la primera venida de Jesucristo a la tierra: “La virgen concebirá, y dará a luz un hijo” (Isaías 7:14). “Se quitará la vida al Mesías” (Daniel 9:26). También profetizan que Jesús vendrá una segunda vez: “Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:11). Si vino una primera vez como varón de dolores, regresará como el Dios poderoso que pondrá orden en la tierra mediante el juicio, antes de establecer su reino de justicia y paz por mil años. La Biblia es muy clara a este respecto. Todas las profecías relativas a la primera venida de Jesucristo se cumplieron, pese a la incredulidad y la oposición de los ho

El melón del desierto

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En el desierto de Namibia en el sur de África, existe un fruto parecido a un melón, que es cosechado para ser consumido. Su presencia en semejante lugar nos sorprende. ¿Dónde encuentra el agua indispensable para crecer en un lugar tan árido? Los botánicos que lo estudiaron hallaron que no sólo posee raíces muy largas que van hasta la más pequeña veta de agua, sino que también absorbe la más mínima humedad del aire. Este ejemplo nos recuerda el versículo del día y nos anima a permanecer cerca de Jesús, “manantial de aguas vivas” (Jeremías 17:13), a fin de llevar fruto para Dios. La primera condición es, por supuesto, ser un hijo de Dios, haber puesto su confianza en él por medio de Jesucristo. “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo” (Hechos 16:31). Luego, así como la planta extiende sus raíces hacia la corriente, es necesario ir a Él, a su Palabra, cada día, para sacar agua, lo que sacia la sed interior. Jesús nos dice: “El que permanece en mí, y yo en él, éste

NUBES DE TORMENTA SOBRE EUROPA

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A principios del siglo 20, Teodoro Herzl advirtió a los judíos europeos sobre una catástrofe que vendría para golpear el corazón del continente. Sería una catástrofe como nunca antes vista, y se basaba en una serie de factores que incluían un nacionalismo racialmente motivado, intereses económicos y una profunda crisis en el sistema cultural europeo. [Esa predicción fue cumplida con el Holocausto.] La actual corriente de anti-israelismo y antisemitismo más o menos explícita en la estructura social del antiguo continente quizás hubiese producido una semejante conclusión en la mente de Teodoro Herzl. Eso no significa que Europa se prepara para eventos similares a los ocurridos en las décadas de 1930 y 1940, pero la presencia de un terreno indudablemente fértil para el pensamiento irracional y posiblemente peligroso eventualmente pueda conducir a eventos incontrolables. Esa tendencia es verificada por dos factores claves: las acciones forzosas tomadas por varios gobiern

¿Qué estoy esperando?

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Quizás usted esté esperando días mejores. A veces la vida es muy difícil, y a menudo adoptamos la actitud desilusionada de los que dicen: «Con un poco de suerte, todo irá mejor mañana…». ¿Un nuevo año sin problemas? Todos alimentamos las mismas esperanzas: tener salud, prosperidad material, felicidad familiar, éxito… ¿Qué espero de la vida? Más allá de las dificultades y de las alegrías del momento presente, me gustaría tener éxito. No pedí nacer, pero tampoco quiero morir. Entonces, ¡que la vida me dé toda la felicidad que me debe! Pero, ¿merecemos esa felicidad? ¿Sabe usted que existe otra esperanza? La Biblia la califica como buena, dichosa, segura y gloriosa. Es la esperanza que Dios nos da en Jesucristo. ¡Para el que cree en Jesucristo y en la salvación que él ofrece mediante su sacrificio, todo se vuelve nuevo y seguro! No espere más tiempo para volverse a Dios. Hoy es el momento preciso para hacerlo, pues el mañana no nos pertenece. Cada instante lejos de Dios